Descripción
La humanidad avanza hacia su propia destrucción con la velocidad con la que el capitalismo devora los sueños de las clases subalternas, los más desposeídos. Es un frenético e irracional ritmo que conduce a devorarnos unos a otros en nombre de la libertad. De una libertad creada por y para el mercado capitalista. Mercado que impone sus reglas y, también se las salta cuando le conviene en nombre de esa misma libertad. Es la libertad del todos contra todos para alcanzar no se sabe qué cosa finalmente.
La universidad venezolana hoy se encuentra inmersa dentro de ese irreflexivo ritmo autodestructivo. Surgida en los albores del surgimiento del capitalismo en la Europa occidental, sus orígenes son desconocidos por la inmensa mayoría de los universitarios venezolanos. Ese desprecio por conocer a la propia universidad por parte de los propios universitarios es parte de su crisis; o en todo caso, de sus tres crisis estructurales tal cual lo plantea Santos (2007): la de hegemonía, la de legitimidad y la de institucionalidad.
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